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viernes, 2 de septiembre de 2016

VOLUNTARIEDAD (1). Al principio?


Uno de los principios de la mediación, junto con la confidencialidad y la imparcialidad, es la voluntariedad. Participar en una mediación solo es posible si se hace de forma voluntaria. Pero, ¿qué significa querer participar en una mediación? ¿como se manifiesta esta voluntariedad?.
 
 
 
 

A menudo oímos hablar de la voluntariedad como un requisito de todo o nada: O hay voluntariedad o no la hay. Cuando no hay voluntariedad, el usuario queda excluído directamente del proceso. Pero, ¿cómo acceden los usuarios a esta voluntariedad? ¿Qué les lleva a querer participar en una mediación? Esto es algo que todos los mediadores exploramos en las primeras sesiones. Por lo tanto parece lógico también explorar por qué otros usuarios no quieren. Por supuesto que "no querer" es tan legítimo como querer. Y por lo tanto no me refiero a cuestionar a las personas que no tienen voluntariedad como si su opción fuera menos legítima que las que quieren participar. Es evidente que como mediadores necesitamos a personas que quieran mediar para desarrollar nuestro trabajo y, por otro lado, sabemos que gestionar los conflictos por esta vía aporta muchas ventajas respecto a hacerlo por métodos adversariales. No obstante, si las personas han sido convenientemente informadas, hemos conocido los motivos que les llevan a no querer participar de la mediación y han decidido que desean usar otras vías, el mediador solo puede ponerse a disposición de esas personas por si más adelante vuelven a reconsiderar su posición.

Volvamos a cuando "sí quieren". La siguiente pregunta es: ¿qué quieren?. Porque participar de una mediación implica muchas cosas. Bajo la etiqueta "participar" podemos englobar diferentes acciones y posiciones que requieren de ciertas capacidades y una reafirmación constante en esa postura de voluntariedad:

- Solicitar la mediación o aceptarla

- Asistir a las entrevistas

- Responder a las preguntas de los mediadores y dejarse conducir

- Reconocer que se es parte de un conflicto y que se ha contribuído a su escalada

- Estar dispuesto a cambiar la forma de ver la situación y como afrontar el conflicto

- Aceptar que el otro tiene una visión legítima de la situación

- Aceptar reunirse con el otro

- Aceptar explicarle al otro su visión de la situación y escuchar la visión del otro

- Tener una actitud cooperativa y proactiva

- ...

Podríamos seguir enumerando muchos más aspectos que requieren de un ejercicio continuo de voluntariedad por parte de los usuarios. No siempre las personas que llegan a mediación se sienten dispuestas o preparadas para aceptar todo lo que conlleva. Quizás, en un primer momento, solo pueden aceptar entrevistarse con el mediador, pero no se ven reuniéndose con la otra parte. No queramos correr. La voluntariedad tambíen es un proceso. Valoremos en qué punto está cada participante, qué resistencias puede expresar respecto a participar en cada uno de los aspectos, si la falta de voluntariedad es o no informada y por tanto más o menos legítima, diseñemos estrategias para "promover la voluntariedad" si hay resistencias que nos parecen salvables,...

Finalmente (y quizás no al principio), cuando las partes dicen "sí, quiero!", entonces podemos poner en juego el valor dicotómico y contundente de la voluntariedad. "Quieres?!, porque podrías no querer..." y un poco más tarde "Me ha dicho que quiere hablar contigo... ¿qué opinas? ¿qué vas a hacer?" y también "Lo hace de forma voluntaria!". Cuando se da, cuando ambas partes tienen voluntariedad, recordar este aspecto es el mejor reencuadre a la mediación. Y se puede ir usando durante el proceso. Ya sea en el discurso inaugural ("podíais no haber venido pero estáis aquí y podeis marcharos cuando queráis"), en un momento de crisis ("estais aquí porque quereis solucionarlo...") o para reafirmar el acuerdo ("se ha alcanzado por el esfuerzo y la implicación de todos vosotros")

En el próximo post me ocuparé de las resistencias que pueden presentarse respecto a la voluntariedad y qué estrategias podemos desplegar para impulsarla.